Todo dinero cuesta, pero el dinero más caro que existe es el dinero prestado. Encuanto a intereses, solo hay dos opciones: los ganas o los pagas. Cuando me cayó el veinte y finalmente entendí el secreto de los ricos, el plan fue dejar de pagar y empezara ganar intereses. Desde entonces, ha sido mi meta compartir este sencillo principio porque me da coraje que la gente termine pagando más de lo que cuestan las cosas, ¡todo por pagar intereses! Si lo piensas bien, no tiene sentido pagar más de lo que cuestan las cosas, pero todo mundo lo hace. ¿Por qué? La respuesta es: por impacientes. Cuando no tienes la paciencia de juntar el dinero y después comprar, como te aconsejaba tu abuela, siempre vas a pagar intereses, ¡por impaciente!
Existe una enfermedad muy dañina para tu salud financiera y se llama: “cositis.” La cositis es un trastorno psicológico que produce hambre de cosas y más cosas y nunca se está satisfecho. Es una enfermedad que siempre te tiene con ganas de más y más. Es como un virus que no para hasta el punto en que las personas nunca tienen ahorros, pierden sus carros, sus casas y hasta sus familias. Lo peor de todo, es que hasta se justifica el sentido de la compra:
“Oye Andrés, pero yo lo financié a 12 meses sin intereses”. Esto es igual de insensato, porque nunca, nadie, añade el riesgo de la vida. ¿Qué tal si pierdes el trabajo durante ese tiempo? ¿Qué tal si estás de viaje la semana que tenías que enviar el pago? ¡Pácatelas! Lo que se supone que era “sin intereses”, ahora te resulta con recargos por los últimos 10 meses y un interés del 24%.
Antes de que se me cayera el velo de los ojos, compramos una computadora a 12 meses, sin intereses. Me sentí muy sabio porque yo no pago intereses. Todo iba bien, hasta que, por error (y no por falta de dinero), uno de mis pagos llegó tarde. “¡Pácatelas!” sería poco para describir la avalancha que se nos vino encima. Sentía que lo que me estaban cobrando era muy injusto. Dije: “Si tengo que hablar con el presidente de la empresa, lo voy hacer, porque esto no puede ser”. Antes de hablar con el presidente, un gerente, por teléfono, me informó lo siguiente: “Usted firmó y eso es lo que dice el contrato”. Con muchísimo dolor terminé pagando, ¡casi el doble!
Por la “cositis”, la gente termina en: bancarrota, casas de préstamo (donde pagan un mínimo del 400% de interés), casas de empeño (casi regalando sus cosas) y, hasta la peor de las vergüenzas, pidiéndole a la suegra, aunque estén peleados. Reconoce que no es la crisis, ni tu jefe, lo que te tiene en esa situación es tu enfermedad.
El antídoto para esta terrible enfermedad se llama contentamiento. Contentamiento significa que estás complacido con lo que tienes. Estar contento con tu casa, carro, ropa, cartera, etc., hace que te relajes, empieza a desaparecer la deuda y, entonces, puedes acumular riqueza. Todo fluye como debe ser. No me malinterpretes, no hay nada de malo con comprarte cosas y darte algunos caprichos. Pero comprar cosas que no necesitas, con dinero que no tienes, para impresionar a gente que ni te cae bien, siempre te va a tener quebrado.
Haz el compromiso de NO gastar más de lo que ganas y de no hacer la compra si no está en el presupuesto. Si estás demasiado enfermo y hasta se te cae la baba cuando ves cosas que te gustan, puedes añadir otras medidas de prevención, como: esperar para comprar hasta el día siguiente y nunca gastar hasta que no lo converses con tu pareja. Voy a orar para que puedas superar esa terrible enfermedad.
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