Muchos no viven en Paz Financiera debido a su inmadurez. He aprendido que muchos viven en caos financiero por falta de dirección. ¿Qué tal si hubiera un mapa financiero que nos dijera qué hacer y cuándo hacerlo? Aquí les dejo un plan acerca de lo que deben hacer según la etapa en que se encuentren. Puede ser que esto les abra los ojos o les sirva de confirmación para quienes han venido tomando buenas decisiones. Véanlo como una lista de cosas por hacer.
Niñez – En esta etapa, los niños entre los 4 y los 13 años y tienen que aprender lo más básico del dinero. El niño debe aprender que el dinero viene del trabajo y no de la cartera de papi o de un cajero automático. El niño también debe aprender cómo utilizar el dinero. Hay tres cosas básicas que debemos enseñarles a medida que empiezan a ganarse un dinerito por hacer varias tareas en casa. Los niños deben aprender a dividir el dinero en tres categorías: dar, ahorrar y gastar. Esta etapa cae más sobre los padres que sobre los niños. No es necesario convertir la casa en un campamento militar, pero sí que el niño entienda la función del dinero para evitarnos la vergüenza de ver al niño tendido en el piso del supermercado, haciendo un berrinche a moco tendido, porque quiere un juguete.
Adolescencia – En esta etapa, el adolescente y entre los 13 y 22 años, quiere independencia y hay que dársela. Les recomiendo abrirles una cuenta de banco para que ellos empiecen a ejercitar el músculo de la responsabilidad con el dinero. Recomiendo a los padres que depositen en esa cuenta de banco lo que normalmente gastarían en sus hijos: ropa, celular, etc. Además, es muy importante que el adolescente siga generando su propio dinero que ahora administrará con un presupuesto más detallado. Si maltrata su celular o su carro, él debe tener su propio fondo de emergencia para reemplazar o reparar. Aquí, los padres deben dar dos pasos atrás y limitarse a monitorear el comportamiento que hemos venido moldeando, y acercarse solo si ven un desvío o un gasto fuera de sus posibilidades, como reparar la transmisión del carro. Padres: es tiempo de soltar un poco la rienda.
Edad adulta – El inicio de esta etapa se da cuando empiezas a generar ingresos a tiempo completo. Si un joven recién graduado de la preparatoria (high school) decide no ir a la universidad, él ha entrado en esta etapa. Las edades en esta etapa, generalmente, son entre los 22 y los 65 años, pero podría empezar a los 18. Este joven/adulto debe responsabilizarse por sus propios gastos aunque viva con sus padres. Aquí, uno debe empezar a aprender a vivir con un presupuesto completo, y es muy importante que el presupuesto sea con base a lo que uno gana. Como ahora ya hay ingresos, a donde vayan les ofrecen crédito. La palabra más efectiva para evitar que caven un hoyo muy profundo es “NO”, úsenla. Si no hay un plan de carrera, los ingresos se mantendrán bajos. Tengan un plan para ganar más. Si trabajan 40 horas por semana, es preferible ganar por las mismas horas trabajadas; lo que quiero decir es que si van a dedicar 40 horas de su tiempo a una actividad, asegúrense que les paguen por hora y no por desempeño. Les doy un ejemplo: A un trabajador le piden que esté disponible de 8 a 5, de lunes a viernes, pero solamente le pagan si lo llaman a trabajar; mientras el trabajador espera la llamada, no solo no puede disponer de ese tiempo sino que, además, no se lo pagan. Esto es obvio, pero sin un plan, la gente puede trabajar toda su vida por casi lo mismo. Por eso es necesario tener un plan de desarrollo, si definitivamente no van a seguir en la universidad, hay que aprender un oficio o pensar en un negocio; en resumen: hay que tener un plan. En esta etapa, se hace como las hormigas, se aparta un poquito para la jubilación. Mientras más temprano empiecen, más se acumula con menos dinero, pero no importa la edad que tengan, necesitan empezar a invertir.
Jubilación – Esta etapa empieza cuando están preparados, financieramente, para vivir sin un sueldo. Eso puede ser a los 55 o a los 75. Aquí es muy importante tener contentamiento en su corazón y ajustar su nivel de vida a lo que su patrimonio pueda proveer. Si no planificaron mucho y su pensión no es suficiente, no se jubilen, y sigan trabajando. Es preferible cobrar una pensión más alta después que tomar una pensión reducida lo antes posible. La meta es no ser una carga ni para el gobierno ni para los hijos. Esta es una etapa muy hermosa por la oportunidad que tienen para ser generosos. Es muy importante que en esta etapa transmitan el conocimiento que han adquirido a lo largo de la vida. Es una gran bendición ayudar a cuidar, de vez en cuando, a los nietos; repito: de vez en cuando. Si fueron sabios con su dinero y planificaron, es muy importante que hagan un testamento para que los bienes materiales no aplasten ni separe a su familia. No hereden solamente bienes materiales. Tomen la responsabilidad de dejar un legado de principios y valores que traigan identidad a su familia.
Mi objetivo es darles dirección para que sepan qué hacer según la etapa en que se encuentren. Combinen esto con un plan financiero y, con toda seguridad, darán un giro positivo a sus finanzas. Les recomiendo que se sienten con un asesor financiero. Con un profesional pueden entrar en más detalle y ser específicos. Aunque tengan este mapa, tener la opinión fría de un profesional les dará una dirección aún más clara.
Para llegar a su destino, con todos los objetivos y metas alcanzados, necesitan dos cosas: un punto de partida y un mapa del trayecto. Con esas dos cosas están listos para emprender el viaje. Recuerden: llenen el tanque de entusiasmo y esperanza, empaquen los buenos recuerdos, consejos y el aprendizaje (no hay cabida para rencores y malos recuerdos—estos ocupan mucho espacio y no sirven de nada) y, muy importante, asegúrense de que su mapa tiene trazada la ruta de la Paz Financiera. Esta ruta es directa y sin mayores tropiezos, y garantiza paz y provisión a lo largo del trayecto.
excelente, y muchas gracias por compartir con nosotros, Dios te Bendiga
Hola Juan, gracias por los ánimos. Créeme que es un placer compartir lo que he aprendido. Bendiciones